A mitad del camino entre Chihuahua Capital y Ciudad Juárez, la parada más que tradicional, sino obligada es en los puestos de burritos y quesadillas de Villa Ahumada. Los de chiles rellenos de asadero, los de frijolitos con asadero y los de asado con chile verde o rojo, con imperdibles.
En Ahumada y en los ranchos ganaderos del desierto chihuahuense, se acostumbró siempre la vestimenta vaquera, las botas y los pantalones de mezclilla para evitar espinarse, la camisa de algodón para sobrellevar el calor intenso y el sombrero indispensable para evadir el sol.
En Villa ahumada la tradición más arraigada es la de la cocina. Una fusión de la cocina de orígenes españoles con ingredientes locales. Para propiciar el esparcimiento y la cohesión social, las familias en los ranchos y haciendas sobrellevaban el aislamiento organizando jaripeos y coleaderos que le dieron origen a las suertes de rodeos que se siguen organizando en Texas.